La cortesía y los buenos modales son una parte fundamental de la convivencia, que ayuda a mantener el respeto y forjar buenas relaciones entre nosotros.
Ser respetuoso contribuye a una mejor vida en comunidad. Escuchar unos “buenos días”, “gracias”, “perdón” y un “por favor” de una persona cambia por completo la percepción que se tiene sobre ella. Esto genera un efecto positivo sobre el resto y un cambio en el comportamiento de los que nos rodean, a eso se le denomina efecto multiplicador.

Cuidar la limpieza de nuestras playas
Al entrar a un lugar, si en ese mismo instante hay alguien saliendo por la puerta, hay que dejarle salir primero para después entrar nosotros.
Cuidar el agua haciendo un consumo responsable de la misma.
Respetar al peatón y las señales de circulación.
Cuando hablamos el tono de voz debe ser suficiente para que nos escuchen, pero no superior.
Al estornudar, las personas deben taparse la nariz.
No conducir en estado de ebriedad.
Cuidar el mobiliario urbano.
No pintar ni grafitear lugares públicos y privados.
Respetar espacios reservados para personas con discapacidad.
Respetar los contenedores selectivos de basura y los horarios para depositar la misma,
No tirar basura en el espacio público, chicles, pipas, papeles,… en el pavimento ni las calles. Lo correcto es guardarla en un bolsillo o en el bolso y esperar a encontrar una papelera para tirarlo ahí.
Recoger las heces de las mascotas y diluir con agua los orines para evitar malas olores.
Dejar pasar, en la cola del supermercado, a aquellas personas que llevan muy pocos productos para que paguen antes de nosotros, especialmente si nosotros llevamos un carro lleno de compra.
Al caminar por la calle debemos hacerlo por el lado derecho para hacer más fluida la circulación de los peatones.
Ceder el paso a las señoras, las personas mayores, las personas que pueden tener alguna discapacidad o lesión, etc.
Es una tremenda falta de respeto llegar tarde a una cita o reunión por causas no justificadas.